Era tarde en la noche, y venía de regreso a casa cuando noté un auto conocido en el estacionamiento -mi viejo cliente, al que he estado buscando por mucho tiempo, estaba en el asiento. No lo dudé y enseguida me le acerqué «Sorpresaaaa» Abrió lo ojos. Claramente no esperaba que apareciera allí. Vine por la deuda de $5,000 ¡y ya nos podrás escapar no esconderte de mi!