Vi a esta diosa cerca de la joyería. Chupaba una piruleta y me volví loco. ¡Mi polla debía estar en su boca y no ese caramelo! Me acerqué y supe que estaban allí porque ella quería un anillo nuevo, pero su novio era pobre. Le pregunté si aceptaba que follara a su novia a cambio de dinero para el anillo. Así fue como después de unos minutos yo estaba penetrándola y haciéndola correrse una y otra vez.