Laura y su padrastro visitan una casa de vacaciones y hablan de sus vidas. Laura se sorprende por el apartamento y el coche que tienen, y el padrastro le explica que tienen dos coches. A Laura le sorprende la falta de wifi y el hecho de que no han acampado en años. El padrastro explica que ambos son adultos y que no les importa la seguridad de sus padres. Laura está preocupada por el ruido y el rato que lo causa. Laura se pregunta por sus sentimientos y por el hecho de que no puede dormir con su hija. El padrastro le asegura a Laura que puede ir a la escuela y que estará bien. Laura se siente aliviada de poder ir a la escuela y de que siempre estará allí.