Ryan Driller, el padrastro de Addison, la critica por quedarse en casa y usar el teléfono en lugar de socializar. Cree que su generación tenía un estilo de vida más despreocupado. Addison se burla de él y afirma que sabe más de sexo de lo que él cree. Finalmente, van al dormitorio para una «lección». Ryan la anima a relajarse y comienzan a besarse y tocarse. La situación se intensifica, dando lugar a interacciones físicas íntimas. El texto describe una relación controvertida e inapropiada entre ellos.